Spa-Francorchamps es uno de los circuitos clásicos de la vieja escuela. Es largo, ondulado y de alta velocidad, una combinación que lo convierte en uno de los grandes desafíos del calendario. Con 2 sectores de alta velocidad, en los que hay periodos largos de ir con el acelerador a fondo, y otro sector más revirado, resulta un compromiso, por tanto, de la puesta a punto del coche entre velocidad de recta y agarre en curva, por lo que conseguir este equilibrio es todo un reto.
Ferrari ha comprendido que un campo a explorar en su monoplaza y uno de los puntos débiles de la propia escudería es la capacidad de producir carga aerodinámica, pese a que el reglamento técnico de 2017 cada día esté más cerca y cobre una importancia mucho más vitales que las actuales máquinas de carreras. Uno de esos puntos donde la Scuderia ha decidido sacar algo de más rendimiento ha sido sobre la aleta central del difusor al redondear hacia abajo la cara inferior del difusor ajustando la tira gurney sobre ésta, adaptando el diseño que emplea Haas al SF16-H, para conseguir un ángulo de curvatura y expansión más abierto sobre la estructura de impacto para llegar a conectar de forma más directa sobre el alerón trasero.