Recién finalizado el Gran Premio de Gran Bretaña, los equipos afrontan los segundos y últimos test de la temporada en el propio Silverstone dos días más tarde. Las escuadras han aprovechado esta cita del año para implementar una mayor cantidad de novedades a fin de poder analizarlas en los test después de la carrera, pese a la lluvia caída ambas jornadas y encarando la recta final del desarrollo de los monoplazas, antes de dedicarse en exclusiva (si no lo hacen ya) al monoplaza del año próximo.
Con la mira puesta en el Gran Premio de Hungría la semana que viene, Ferrari empleó la sesión vespertina del segundo día de test para incorporar un nuevo Monkey Seat. Esta aleta Y100 configura endplates más amplios con un biplano que se aproxima a la salida del escape con el objetivo de capturar más gases en la cara posterior de los flaps y generar un gradiente más acusado que genere más carga aerodinámica en el tren posterior, y en definitiva el grip aerodinámico suficiente para ganar en tracción. Esto se entiende cuando se tiene en cuenta que el circuito de Hungaroring tiene como una de sus características principales la gran cantidad de curvas lentas que adornan los 4381 metros que conforman el autódromo.
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