La Fórmula 1 y Mónaco han estado ligadas desde los inicios del Campeonato del Mundo. Montecarlo es la cita por antonomasia en el calendario de la categoría reina que todo verdadero amante del motor conoce. Un trazado muy técnico donde las manos de un piloto toman mayor importancia a la mecánica de un coche, sin dejar a ésta de lado. Una pista donde la tracción, frenada y grip mecánico toman mayor relevancia que la carga aerodinámica y la potencia pura del motor. Un monoplaza bien reglado que sepa proporcionar el par adecuado al pisar el pedal del acelerador así como la confianza y concentración de un piloto en su coche será clave a la hora de conseguir un buen tiempo y un buen resultado a lo largo del fin de semana.
Las calles del Principado son ratoneras y siempre guardan secretos. Una pista cambiante a lo largo del Gran Premio que sacará lo mejor y lo peor de todos los pilotos de la parrilla. Los equipos, por su parte, se preparan con especificaciones especiales para esta cita tan especial. Fabrican suspensiones específicas para poder abordar las curvas de gran radio que Mónaco ofrece a los integrantes de la categoría.
Aunque no es un trazado que se caracterice por degradar en exceso los neumáticos debido a las menores fuerzas longitudinales que sufren los coches a baja velocidad, lo cierto es que la escuadra austríaca ha modificado los slots inferiores de los endplates traseros, regresando a unos más convencionales y cortos respecto a los utilizados la temporada pasada en este circuito, y que finalmente no se utilizaron, que mudan de una forma más óptima el aire turbulento de los neumáticos a una zona donde no sea destructivo respecto a la columna de carga aerodinámica que forma el difusor y se une con el ala trasera.
Pese a que la imagen no acompaña a mucha imaginación, lo cierto es que Red Bull ha copiado la idea de Toro Rosso en los tambores posteriores al implementar protección reflectante para evacuar e irradiar más calor a la llanta, pero sobre todo eliminar el calor interno de los frenos. El circuito de Mónaco no se caracteriza por ser duro físicamente con los frenos, pero al estar constantemente frenando junto con el efecto túnel de las calles del Principado la refrigeración sufre bastante ante la poca evacuación disponible.
Que buenos análisis, sigue así, se aprende mucho con esta F1 auténtica
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