Recien acabado el Gran Premio de España, la Fórmula 1 no descansa a 2 semanas de la cita monegasca en Montecarlo. Los equipos aprovechan los pocos test que disponen durante el año para evaluar nuevas piezas, recogida de datos, comportamiento con distintas cargas de gasolina y neumáticos, e incluso probar con miras a 2017, cuya importancia es más vital si cabe ante una falta importante de test.
Williams repite como escudería a observar, tal como ya ocurriese en los test de Austria 2015, con 2 sorprendentes alerones, tanto delantero como trasero. Siendo el más llamativo, el alerón trasero luce nuevos e ilegales apéndices bajo normativa 2016 y 2017 que únicamente pretenden simular los niveles de alta carga aerodinámica que proporcionarán los nuevos alerones del nuevo monoplaza: tracción del coche, agarre en curva, degradación del neumático, nivel de deslizamiento de las ruedas y más parámetros en un circuito donde el rendimiento extraído será uno de los máximos del campeonato. Desde el equipo así lo han confirmado, e incluso estudiar el comportamiento con un ala tipo Mónaco, para posibles evoluciones en un futuro cercano. Los test son test, y como tal, cualquier equipo puede hacer probaturas de este calibre: nadie les rige en dicho aspecto.
Asimismo, y pasando más desapercibido, el FW38 ha montado un alerón delantero de antigua especificación con 2 apéndices con cierto perfil aerodinámico que pretenden simular 2 aspectos a tratar en un futuro inmediato: la energía incrementada de los vórtices Y250 en la región interna de los canales que forman dichas estructuras y evaluar la nueva deformación del alerón con distintas cargas aplicadas por el artilugio en cuestión. Cabe recordar que tanto la versión del ala trasera y delantera que Williams han utilizado durante estos test son completamente ilegales bajo ambos reglamentos, por lo que no se verán en todo el año durante un fin de semana normal de Gran Premio.