Como última cita antes del parón veraniego la Fórmula 1 regresa a la actividad en Hungaroring. Una pista que se asemeja al trazado de Mónaco debido a la gran carga aerodinámica necesaria en los virajes lentos y medios que componen el circuito de Budapest.
Sin embargo, el trazado húngaro se diferencia del monegasco por necesitar mucho grip aerodinámico debido a la duración de las curvas y las excesivas fuerzas laterales que obligan a un mejor trato de las gomas, punto fundamental para la tracción, el cual es otro aspecto a cuidar a la salida de los giros más lentos del circuito. Un asfalto que también exige una gran estabilidad en frenada debido a las múltiples trazadas que podemos encontrar en los diferentes monoplazas y que diferenciarán los mejores chasis de la parrilla de los menos evolucionados en este tipo de particularidades.
Manor continúa el pequeño desarrollo aerodinámico iniciado en Gran Bretaña para 2015. A falta del chasis original para el curso actual los de Dinnington estudian el comportamiento de los nuevos elementos de la carrocería en vistas al próximo año, donde sí presentarán una evolución más importante acarreada por el nuevo impulso que les dé el propulsor Ferrari 2016.
Por ello el MR03B luce una modificación en el único vórtice generador que descansa sobre el borde de inicio del pontón. Este deflector presente una ligera curvatura hacia el exterior del lomo con una pequeña apertura. Este orificio se encarga de añadir aire que pentra por él para alimentar el vórtice que genera. Esta espiral de aire se verá incrementada retrasando la destrucción de la capa límite al final del pontón, alargando la vida de la carga aerodinámica que llega hasta el difusor, aumentando ligeramente el agarre en la parte trasera del mismo.
AlbrodpulF1 