A falta de 2 semanas para la prueba reina del Campeonato de Resistencia, las 24 horas de Le Mans, tiene lugar en el circuito de La Sarthe los test de Le Mans. Una prueba en la que los equipos evalúan las novedades sobre las sinuosas carreteras francesas. Un trazado de algo más de 13 kilómetros y medio que se singulariza por sus largas rectas y la poca necesidad de carga aerodinámica en las pocas curvas que dibujan esta prestigiosa pista llegando a alcanzar los 340km/h en la recta de atrás.
Pese a que Audi implantó el pack low drag en Bélgica, lo cierto es que en Le Mans la marca alemana ha modificado ciertas partes de su fructífero paquete. La idea no es otra que reducir al máximo el drag que genera el prototipo y es por ello que se cierra el conducto delantero que rodeaba de aire la rueda anterior, dejando únicamente dos orificios en el ala delantera e inferior de los deflectores. A su vez, la apertura obligatoria del guardabarros delantero se abre camino en el mismo componente para minimizar la resistencia en el camino del flujo hacia la parte trasera.
Deflectores que esta vez sí se mantienen en una unidad, ya que en Spa los chicos de Audi veían necesario aumentar la carga en el tren delantero como consecuencia de los sectores más virados del trazado belga – de hecho fueron los coches del paquete normal de carga aerodinámica quienes dominaron la prueba viendo como el bólido que sí configuraba las evoluciones se quedaba rezagado en carrera.
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