La Fórmula 1 desembarca en Mónaco. Un circuito singular en el calendario de la máxima categoría, siendo Singapur el trazado que se le asemeja tímidamente. Montecarlo es una pista lenta en la que cualquier fallo puede costar muy caro. Sin ser demasiado exigente con los motores, el circuito monegasco premia a los monoplazas con una gran tracción, grip mecánico y carga aerodinámica. Sin embargo, lo que realza las calles del Principado de Mónaco es el talento y la pericia al volante, por lo que la confianza que el piloto tenga en su coche resulta primordial a la hora de conseguir un buen resultado durante el fin de semana.
Desde el punto de vista del desarrollo técnico, la cita de este fin de semana no ha supuesto una gran novedad con monoplazas similares a los que rodaron en Barcelona hace 2 semanas, por lo que no hay gran material que comentar. Ferrari es de las pocas escuderías que presentan algunas actualizaciones sobre todo en el campo del reglaje del monoplaza.
El SF15-T ya lucía en los test de Barcelona unas nuevas carcasas de frenos que aumentaban la temperatura en el neumático evacuando el calor procedente de la absorción de calor proveniente de la fricción de los discos y las pinzas al frenar. Estas carcasas han venido acompañadas de nuevos conductos de frenos que, si bien regresan al diseño de Baréin, en esta ocasión muestran dos orificios, coincidiendo con los de la propia carcasa, que ayudan a todo este efecto antes comentado.
Montecarlo no es un trazado de fuertes frenadas, pero el hecho de correr encerrado entre las calles de ciudad y la escasez de metros entre una curva y otra dan poco margen a la refrigeración de los sistemas de frenos así como de los motores. Por esta razón, la Scuderia también abre la cubierta motor modificada en Barcelona cumpliendo con las necesidades de enfriamiento de sus propulsores, con un mayor radio de apertura en la zona del escape que mantiene la altura y amplitud de los pontones siendo la cuarta versión de esta cubierta motor en lo que llevamos de campaña. Esta tapa minimiza el drag en un circuito en el que dicho parámetro resulta el menor de los problemas a la hora de configurar un coche de alta carga, sin resultar tan importante como en otros trazados.