La temporada de Sauber no está siendo la deseada por los de Hinwil. El grupo propulsor de Ferrari está siendo un lastre: pesado, pequeño y con problemas de temperatura. Además, los problemas económicos sumado a las graves carencias aerodinámicas que sufre el monoplaza habla de una escudería que no está pasando por sus mejores momentos.
La falta de velocidad punta obliga a Sauber a arriesgar más con el concepto del alerón trasero. Aunque el diseño es igual al empleado en 2012 y 2013, los suizos añaden al concepto anterior dos slots en los endplates, configurando un alerón de más baja carga al usado en Spa, además de la V central característica. El uso de dos ranuras también habla de por sí de la búsqueda de eficiencia aerodinámica en la parte trasera del monoplaza.
Por otro lado, Sauber ha instalado un corte en el suelo con forma de L – desde el Gran Premio de Bélgica – al estilo Red Bull, McLaren y Mercedes. Este corte maximiza la estela succionada procedente del neumático trasero, aprovechando el máximo permitido, separando bien la incidencia de la masa que proviene por el lateral del pontón hacia el difusor de los elementos de la periferia, optimizando su rendimiento general.
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