En Ferrari parece que están un océano perdido en cuanto a evoluciones se refiere. Con ciertos problemas aún en la parte más técnica de su fábrica, con problemas de correlación de datos entre el simulador, CFD y la pista, y debido a la mala gestión interna de desarrollo y trabajo que tienen sus técnicos, queda claro que están removiendo las áreas clave de sus departamentos en búsqueda de una solución para el monoplaza del año que viene, ya que emplean los entrenamientos libres de los viernes para probar piezas que luego en clasificación y en carrera no utilizan.
Aunque se han podido apreciar con claridad en el Gran Premio de Alemania, la Scuderia empleó un nuevo difusor por vez primera en el Gran Premio de Austria, para seguir probándolo en sucesivas carreras.
Este difusor se caracteriza por instalar cinco pequeños generadores de vórtices simples en la transición entre la sección plana del piso que alberga el tablón y la curvatura ascendente del difusor.
Son una respuesta probable a la pérdida del agujero de arranque del motor como una forma de inyección de flujo de aire en la porción central del difusor, lo que crea un efecto de outwash. Estos generadores de vórtices ayudan a superar la cuesta de inclinación permitiendo que el flujo de aire opere de una forma más eficaz en un umbral de velocidad más amplio.