Sauber C33 – Gran Premio de Mónaco – Análisis Técnico

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La cita de Mónaco siempre es especial. A pesar del glamour, los barcos y el dinero que mueve el evento del Gran Premio, el circuito de Monte Carlo es una tradición especial en el calendario de Fórmula 1. Por sus curvas reviradas de baja velocidad, sus cortas rectas en curva, su asfalto de calle y la peligrosidad que conllevan unos muros tan cerca de los monoplazas, Mónaco es un trazado único en el mundo, en el que predomina la alta carga aerodinámica, una buena tracción a la salida de las curvas – lo que se traduce en una buena entrega de potencia este año – y unas buenas manos al volante.

Por todo ello, los equipos no suelen traer demasiados cambios evolutivos en los coches y sí una configuración especial de alerones más grandes y todo tipo de componentes que generen carga aerodinámica para la pista del Principado.

A pesar de que Sauber trajo una versión completamente rediseñada de su C33 al Gran Premio de España, la escudería suiza llevó a Mónaco un elemento que hasta ahora no se había visto en el monoplaza de Esteban Gutiérrez y Adrian Sutil. En búsqueda de un paso adelante que les permita seguir avanzando en la parrilla, el C33 se ha visto con un Monkey Seat en la parte trasera anclado a los dos pilares de sujeción del alerón trasero aprovechando la anchura máxima permitida por el reglamento este año, es decir, 200 milímetros.

La función de la aleta Y100 – Monkey Seat – no es más que la de succionar el aire que sale por el tubo de escape e impulsarlo hacia arriba para que el alerón trasero pueda trabajar con él formando una fuerza que pegue el coche hacia abajo. Esta fuerza, llamada upwash, no es más que carga aerodinámica vertical que dota al coche de una mejor estabilidad en el eje trasero.

Por otra parte, el Monkey Seat también aprovecha el poco flujo que le pueda llegar en la parte superior de su superficie para actuar como un pequeño alerón que, evidentemente, también generará algo de downforce.

En última instancia, Sauber ha debido sufrir ciertos problemas de enfriamiento en los frenos delanteros, ya que el C33 ha implementando un mayor número de ranuras divididas de refrigeración que ayuden a mejorar la eficacia de los frenos a altas temperaturas sin que lleguen a fundirse los discos de freno. El hecho de dividir estos conductos no es más que para evitar que la suciedad se cuele en los frenos impidiendo, de alguna forma, el mejor rendimiento en su funcionamiento.

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