Tradicionalmente, Mónaco nunca es lugar donde se traigan mejoras sustanciales en aerodinámica. No obstante, los equipos traen una configuración especial para este circuito dada la necesidad imperiosa de tracción, las bajas velocidades en curva y el hecho de no haber casi rectas. La clave está en dotar al piloto de confianza tanto delante como atrás, por lo que las escuderías instalan todos los elementos posibles que generen drag a su paquete actual.
Por otra parte, ciertos cambios mecánicos también se añaden con el fin de aumentar la temperatura de los neumáticos, la cual, es difícil de lograr debido a la baja velocidad por curva y la superficie tan resbaladiza que representa el circuito de Monte Carlo, con un asfalto callejero.
A pesar de que Adrian Newey evadiera el reglamento que corcierne a la colocación de la cámara de la FOM, usando el vanity panel (que no se considera estructura del coche) para alojar la cámara en su interior y así reducir el drag que este elemento supone, la FIA les ha obligado a montarla en el exterior como marca el reglamento estipulado dado que no podían emitir imágenes con una calidad de visión nítida y un ángulo claro.
El equipo austríaco ahora tiene un par de soportes en forma de cuernos que se adhieren a cada lado del morro guiando el flujo de aire alrededor del chasis de una forma muy similar a las soluciones que presentan Mercedes y Ferrari.
Por último, la marca de la bebida energética ha situado una aleta Y100 – Monkey Seat – por encima del ya situado por debajo de la salida del tubo de escape para incrementar el downforce que generan estos gases. El elemento guarda mucha similitud con su predecesor, que contaba con una anchura de 150 milímetros, maximizándose a 200mm este año por la nueva normativa. Las dos aletas funcionan a conjunto con el otro generando mayor carga vertical en esta región del coche.