Durante los test de pretemporada, Williams parecía que iba a usar la misma solución de refrigeración trasera que ya empleaba en Jerez. Creaba una gran diferencia ya que aprovechaba la parte inferior del ‘beam wing’ para dejar escapar los gases del propulsor, dejando una cubierta motor más recordara longitudinalmente, por lo que era fácil ver la caja de cambios de coche.
La aleta de tiburón dominaba la estética de la zaga del monoplaza cumpliendo con las restricciones dimensionales de la carrocería en este punto.
El aumento de la complejidad de las unidades de potencia ha obligado a los equipos a repensar cómo enfriar todos los nuevos componentes que forman parte del motor, ya que van todos colocados tras él. La solución empleada en Australia y Malasia por los chicos de Grove toma ventaja de los pontones que ahora forman parte de la estructura aerodinámica del bólido en lugar de tener sus propios regímenes de corriente.
La escudería británica instala un gurney flap perforada en el borde de la carrocería, creando un poco de fricción localizada, pero las bajas presiones ayudan a lanzar el aire hacia abajo. Esta perforación permite que una pequeña cantidad de flujo de aire se filtre hacia la zona de bajas presiones, lo que minimiza el drag.
El nuevo cañón de enfriamiento es en realidad es una remodelación adicional de la cubierta que rodea la caja de cambios y actúa como una boquilla en relación con el flujo de aire circundante.